USDJPY y las inciertas perspectivas económicas de Japón
Japón está saliendo de décadas de política monetaria ultraexpansiva, durante las cuales el tipo de interés oficial permaneció en territorio negativo desde 2016 hasta 2024.
El Banco de Japón (BOJ), la autoridad monetaria del país, ha iniciado un proceso de normalización gradual, elevando los tipos hasta el nivel actual de 0,50 %, el más alto desde 2008.
Una minoría de analistas anticipa un nuevo incremento hasta 0,75 % en diciembre, aunque el consenso general considera que la política seguirá siendo en gran medida acomodaticia.
Si bien un tipo de interés más alto tiende a favorecer la moneda local, conviene recordar que Japón sigue manteniendo el tipo más bajo entre las economías desarrolladas.
Esta dinámica alcista ha sido posible gracias a un aumento de las expectativas de inflación, que actualmente se sitúan en torno al 2,9 %, por encima del objetivo del banco central. Sin embargo, el enorme endeudamiento público, equivalente a aproximadamente el 237 % del PIB, limita de forma significativa la capacidad del BOJ para aplicar una política monetaria más restrictiva.
Además, el débil crecimiento salarial está erosionando el poder adquisitivo de los hogares japoneses, lo que pesa sobre el consumo privado. Junto con una dinámica de exportaciones moderada, esto ha contribuido a una desaceleración del PIB, que creció un +1,2 % interanual en el segundo trimestre de 2025.
El resultado de estas fuerzas contrapuestas es un yen persistentemente débil, con el USDJPY cotizando cerca de 155, muy por encima de los niveles en los que, en años anteriores, el BOJ y el Ministerio de Finanzas (MOF) habían intervenido para evitar una depreciación excesiva de la moneda.
Análisis Técnico
Como se mencionó anteriormente, el USDJPY se mantiene por encima de la zona 150–152, el mismo rango en el que las autoridades japonesas intervinieron en 2022 y 2023 para contener la debilidad del yen.
Tras la caída desde 158,87 a comienzos de 2025 —impulsada por una inflación que había superado el 4 %—, el par encontró soporte en la zona de 142–143, en coincidencia con una línea de tendencia alcista de largo plazo originada a inicios de ese mismo año.
Después de varios meses de consolidación entre 142,50 y 146, el USDJPY ganó tracción en julio de 2025, avanzando hasta establecerse dentro del rango 146,50–149,30.
A comienzos de octubre, el par retomó con fuerza su tendencia alcista, subiendo desde 149 hasta los 154,72 actuales en poco más de un mes.
Resulta especialmente relevante la ruptura de la línea de tendencia bajista de largo plazo, trazada desde el máximo de julio de 2024 (162) y confirmada en enero de 2025 (158,87), lo que constituye una señal técnica de continuación alcista —es decir, de mayor depreciación del yen.
En el corto plazo, el rally iniciado en octubre se desarrolla dentro de una figura de “wedge” (cuña ascendente), con un límite superior en torno a 155,25 y un soporte inferior cerca de 153,50, que además coincide con un retesteo desde arriba de la antigua línea de tendencia de largo plazo previamente quebrada.
En síntesis, tanto desde el punto de vista macroeconómico como técnico, el yen parece destinado a mantener su debilidad (con un sesgo alcista para el USDJPY).
No obstante, el movimiento probablemente no será lineal; por ello, es recomendable definir cuidadosamente los puntos de entrada y mantener niveles de stop-loss ajustados.
Por ejemplo, una ruptura por debajo de 153,00 —escenario que actualmente no consideramos el más probable— podría modificar temporalmente el panorama técnico de corto a medio plazo.


